La impresión 3D, una gran aliada en la lucha contra el COVID-19

En la lucha contra el coronavirus, los avances en tecnología y medicina juegan un papel fundamental. Uno de los nuevos sistemas que está teniendo un gran éxito en esta lucha son las impresoras 3D, que han tenido un gran protagonismo en todas estas semanas en las que la extensión de la pandemia estaba en su punto más alto.

La tecnología 3D es una tecnología realmente flexible, pudiendo adaptarse a todo tipo de pedidos. Dada la gran escasez de recursos que hubo en España, la impresión 3D se convirtió en una vía alternativa que ofrecía grandes soluciones. Si bien es cierto que la velocidad de producción de este tipo de impresoras no es excesivamente rápida, sí ofrece una rapidez y una eficiencia suficiente para este tipo de casos.

La flexibilidad que mencionábamos en el párrafo anterior ha sido clave para frenar los efectos del COVID-19, ya que se han podido realizar respiradores y viseras de protección de manera masiva. Y es que para cambiar la producción solo hay que sustituir el fichero CAD, facilitando mucho la fabricación de diferentes pedidos.

La impresión de cobre 3D, una forma de eliminar el COVID-19

Además de la importancia vital que ha tenido la impresión 3D en la producción de respiradores, viseras de protección y otros productos, hay que destacar la capacidad de desarrollo de cobre antimicrobiano que vino de la mano de la compañía australiana SPEE3D.

Diversas pruebas de laboratorio han demostrado que las superficies táctiles que han sido modificadas con cobre matan más del 95% de las partículas de COVID-19 que haya en la superficie en muy poco tiempo. Por este motivo, muchas compañías se han puesto a realizar este tipo de actividades que pueden frenar la propagación del virus.

Tanto es así que, en España, por ejemplo, FICEP S3 desarrolló un dispositivo que podía esterilizar el aire, eliminado cualquier partícula de bacterias y virus, que pueden ser altamente perjudiciales para la salud.