Es común que aquellos negocios que crean, fabrican o preparan sus propios productos incorporen una…
El primer puente de acero impreso en 3D mundial se encuentra en Ámsterdam
La impresión 3D cambiará nuestro futuro más inmediato por completo. A lo largo de estos años, hemos comprobado cómo en nuestro país disponemos de distintos ejemplos de revolución médica gracias a la impresión 3D, así como en la construcción. Todo ello se debe a que gracias a técnicas de impresión 3D se ha construido, instalado e inaugurado en Ámsterdam el primer puente del mundo de acero a través de dicha tecnología.
La Reina de los Países Bajos ha sido la primera en cruzarlo
El puente que se ha construido en Ámsterdam mediante la técnica del 3D es un diseño futurista y que es lo suficientemente robusta y grande como para permitir el paso de las personas sobre él. La primera persona en probar este puente revolucionario ha sido la Reina de los Países Bajos, Máxima Zorreguieta. Sin embargo, ella no ha sido la persona encargada de cortar la cinta que inauguraba el puente, sino que ha sido un brazo robótico que ella misma ha puesto en funcionamiento para aunar la robótica con el hito.
Respecto al proyecto, ha tardado hasta dos años en terminarse por la complejidad que existía no solo por su diseño, sino también por la construcción del mismo. Calentar el acero para tener la posibilidad de moldearlo mediante impresión era uno de los retos más destacados y el diseñador Joris Laarman Lab y la empresa Arup son quienes han sido responsables.
Centrándonos en el puente, cuando con una longitud de hasta 12 metros y un peso que alcanza los 4.500 kilos de acero inoxidable. Para proceder a su construcción, se ha necesitado de robots con diferentes ejes que calienten el acero a 1.500ºC. De este modo, se pudo levantar el puente capa a capa en el taller. Se tardó hasta seis meses en imprimir por completo el puente y, posteriormente, se tuvo que desplazar por los canales de la ciudad hasta colocarse en su localización.
En el interior, encontramos 12 sensores que cumplen con la función de analizar la resistencia del puente. En este caso, se recaban datos acerca de la tensión, la temperatura y la vibración que se produce en la estructura en el momento en que las personas caminan por él. Asimismo, también se analiza cuáles son los cambios ante diferentes condiciones climáticas.
Lo cierto es que este diseño es una puerta hacia el futuro, pero es una obra pasajera. Dentro de unos años la estructura será retirada para dar paso al puente original que actualmente se encuentra restaurándose. Quienes estén interesados en cruzar este puente y ver su construcción, disponen de tiempo para hacerlo, pero tampoco demasiado. Se concibe como una exposición al natural temporal que permite comprobar in situ el potencial que tiene la técnica de impresión 3D en la construcción y su viabilidad.
Habrá que esperar el paso de los años para observar si este ejemplo sin precedentes, sirve para la creación de otras obras e infraestructuras relacionadas con la construcción mediante la técnica de la impresión 3D.